...Mi particular gallinero.
Son dos pequeñas tablas pintadas al óleo. Tienen el mismo fondo, ya que fueron pintadas a la vez. Al hacerlo, ya pensaba en el marco, y en la ubicación del cuadro: Las enmarcaría en una vieja ventana de roble, que colocaría bajo la escalera, con una segunda ventana superpuesta -ésta de iroko, como el resto de la casa-, y, entre ambas, el resto de elementos de "mi gallinero": La lata con los granos de maíz y de trigo, que ávidamente se comen los pájaros y...los huevos en el nial.
En mi cuadro, que muy poca gente ve, la gallina baja a comer...y, el gallo, la sigue, bajando de su pedestal.
Lo que jamás se ve:
Mi gallina nunca está clueca..., y el gallo no canta. No importa. Siempre cantan a deshora.
Sigo acariciando levemente, el sueño que de niña compartía con mis hermanos. Imaginábamos la pradera de Cueva cerrada y, todo ese espacio lleno de animales de todas las especies. Nuestra pequeña-gran Arca de Noé. Era la época de los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, los cuales veíamos sin pestañear. ¿Preveíamos entonces lo que sería Somiedo en el futuro? ¿El Parque Natural?
Mi sueño hoy, tiene otros límites, los que marca mi prao. Dentro de él: Ovejas, una vaca, un caballo, pitas, patos que devoren babosas, alguna cabra...